miércoles, 27 de agosto de 2014

Deberán pagarle una indemnización por un consentimiento informado incompleto.

El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha condenado a la Consejería de Sanidad y a la Casa de Salud a una indemnización de 12.000 euros a una paciente por secuelas sufridas por una operación de hernia discal, a la que se sometió tras firmar un consentimiento informado que contenía datos “claramente deficientes” e información confusa.
Así, se estima parte del recurso que la afectada impuso contra la resolución de la Consejería de Sanidad que rechazaba la indemnización, aunque se reduce de 300.000 a 12.000 euros.
La mujer se operó en 2006 porque presentaba estrechamiento del canal lumbar, y ahora sufre el llamado síndrome del caballo, insensibilidad en las zonas genital y perianal y un trastorno ansioso-depresivo. La administración y el centro médico negaron la mala praxis médica, ya que al parecer tres médicos le indicaron que esas complicaciones son raras pero probables. Además, el perito de la afectada no explicó cuáles eran las acciones médicas que fueron desacertadas y le provocaron las secuelas, ni cómo debió haberse actuado.
Lo que sí que se considera es que la información facilitada, que describía como posibles complicaciones la “persistencia síndrome de causa equina” es “claramente deficiente” y “no hace referencia clara a la posibilidad de que se produzca como consecuencia de la cirugía, sino que, al aludir a su persistencia, introduce un factor de confusión”, ya que se puede entender como la existencia de un síndrome anterior.


Para el TSJCV, la indemnización correspondiente es de 12.000 euros por los daños y perjuicios derivados de la prestación incompleta de la información previa a la cirugía. Antes de cada operación debemos leer lo mejor posible el consentimiento informado y preguntar a nuestro médico cualquier duda o preocupación que nos pueda surgir. Al firmarlo, estamos aceptando todos los términos, y normalmente no podremos reclamar, ya que se supone que estábamos de acuerdo y que así lo constatamos con nuestra firma.
En este caso ha quedado probado que la paciente no recibió información clara, y que las secuelas se podrían haber evitado si no se hubiese sometido a la intervención. De todas formas, la paciente debía haber expresado todos sus temores para poder tomar una decisión acertada en función de los riesgos derivados de la cirugía y sus implicaciones a largo plazo.

Fuente: Sandra Lemos Alvarello 

No hay comentarios:

Publicar un comentario